Medios que Disfrazan con Palabras Bonitas y Divertidas Realidades de Puño

 Por URUGO

 

Colombia es un país donde los medios pertenecen, en su mayoría,  a la clase dirigente. Las verdades de puño se disfrazan con palabras de cuento de hadas. Es usual que a un delito mayor  que lacera significativamente el bolsillo de los contribuyentes se le llame  “CARRUSEL”.  Tal vez para proteger a  los artífices o actores, de la difamación, pues  de una u otra forma,  están ligados a esa clase dirigente tan divertida.

Aquel que logre robarse más de 500 mil millones de pesos es un héroe, pero si es descubierto es una víctima que hace parte de una excursión al parque de diversiones,  el cual está lleno de ruedas y carruseles.

La RMCVT desearía que los colombianos despertáramos  y que exigiéramos la devolución de los dineros robados descaradamente de nuestros los bolsillos,  que juiciosamente pagamos a través de  los   impuestos en aras de construir un país más amable. ¿Quién paga los platos rotos?

Imagínense el siguiente ejemplo:

En una casa desean cambiar el techo, pues es evidente que cuando llueve se entra el agua. En reunión familiar se resuelve hacer una “vaca” (una colecta), para reunir el dinero y contratar la obra. Como la familia es tan unida, resuelve darle el contrato a un de los hijos, Este ve una oportunidad,  que en territorio colombiano llamamos  “papaya” (oportunidad entregada por aquellas personas honestas a vivos y estafadores para que se nutran de la ingenuidad de otros). Como estrategia para quedarse con el dinero subcontrata la mano de obra e infla los costos de la misma y resuelve comunicarle a la familia que necesita de más platica. La familia consciente de que necesita el techo resuelve hacer otra “vaca” (colecta) para  completar el lo  que supuestamente hace falta.  El hijo contratista ve con muy buenos ojos el detalle de la familia y agradece  entrañablemente a sus progenitores. Llenos de confianza, los miembros de la familia ven que no se ejecuta la obra, pero el  hijo ha  comprado carro  y ropa nueva. Cuando la familia le llama la atención a los subcontratistas, estos viéndose contra la espada y la pared, les dicen a los padres que su hijo, el más responsable, con la mejor imagen,  los defraudó, pues pidió una comisión anticipada por el contrato de ejecución de la obra. La Familia consulta al hijo y este se escusa en que ciertamente les adjudicó el contrato, pero que no entiende lo de la comisión y no da respuesta sobre el dinero.  Nuevamente la familia le pide respuesta a los sub-contratistas viendo que no se ejecuta la obra.. Estos responden  que incurrieron en gastos y que no pueden cumplir. La familia advierte que uno de sus miembros puede estar involucrado en un acto indecoros y resuelve convertir al hijo en una víctima y se abalanza furibunda sobre los contratistas. Estos para defenderse  dicen que no les quedó más remedio que  pagar la “coima”  (dinero que se le suministra a una persona supresora que decide a quién adjudicarle un trabajo para estar en ventaja con la competencia), y, que fue tanto el dinero que pidió que no pudieron pagarle a los proveedores que ahora no quieren despachar. El dilema es ¿Dónde está la plata? Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Regresando a Colombia, parece ser que todas las contrataciones están llenas de coimas y hatos llenos de vacas que no producen leche sino “papayas”,  para que los hijos de la patria se las coman y sus hermanos coman de la Otra, que al parecer, tampoco va a alcanza para todos.

JE,JE,JE,….


El Camino del Duende

En las montañas de la  Cumbre,  rumbo a la Leonera, en el departamento del Valle del Cauca se localiza  el CAMINO DEL DUENDE, la granja ecológica de Tomás Muñoz. La frescura del campo y  la mística del mundo fantástico de los guardianes  de la naturaleza lo transportarán a un mundo mágico, donde solo cabe el discurso ecológico y la fantasía de los duendes y gnomos.

Si usted es un amante de la naturaleza, encontrará, seguramente, en el Camino del Duende una verdadera cultura al musgo y al follaje de las montañas colombianas.

Cuando toque el portón de la granja, encontrará a Jerónimo, el  divertido guardián de la finca donde dicen, habitan las hadas y los elfos.  Es el deber de cada visitante depositar por lo menos  $500 (pesos) en el recipiente que el pequeño personaje  le extiende al invitado.

Como terapia de relajamiento, Tomás Muños lo invitará a deshacerse  y a despojarse de las medias y calcetines  para realizar un breve paseo sobre el musgo. Igualmente, lo convidará  a tomarse un canelazo  al caer la tarde para contarle las historias de los personajes místicos que habitan en su finca.